De camino al sur me he fijado en un tipo de cactus que está como trepando en la secas montañas. No se por qué está así, como aferrado. No se si es así o se ha hecho así buscando agua. Siempre me ha llamado la atención la vida en el desierto, entre las piedras, ahí está, aparece, brota, es incansable, invencible, incontrolable. Extraña es la vida por más que la cuidemos a veces muere y por más que la destruimos a veces gana.
No podemos controlarla, no podemos controlar casi nada, aunque nos hagamos ilusiones y aseguremos nuestras cosas, nuestros viajes, nuestras actividades, no podemos aunque midamos, contemos, certifiquemos y sancionemos. (La foto es en la isla... pero no del cactus en cuestión)
4 comentarios:
Me alegro que estés de vuelta, se te echa de menos por estos lares... sí es hermoso como la vida se impone siempre en cualquier lugar de este desierto.. un beso
Pues no, no podemos... pero la mayor parte de las veces es mejor así, ¿no crees?
besos
Qué bueno que se den un paseito por aquí... ya estoy de regreso. La vida se impone y descontrola y creo que sí es mejor así. Un beso a las dos.
A pesar de las sorpresas que nos da en algunas ocasiones, lo prefiero así, sin control sobre ella...
Besos
Publicar un comentario