sábado, 24 de abril de 2010

Elijo decir gracias


No me había dado cuenta lo mucho que agradezco hasta que en esta nueva tierra recibí algunas reacciones inesperadas por dar las gracias. Es verdad que después de un gracias casi siempre viene un "de-nada", pero otra cosa es que en muchos momentos he tenido que discutir para mantener mi gracias. "No tienes porque darlas", me dijo... yo respondí extrañada: ¿cómo no?  Insistió: no digas gracias... Este diálogo, palabras más, palabras menos, lo he vivido varias veces ya.
En un principio pensé que quizás se debía a que las gracias, sólo se debían dar en ciertas ocasiones en las que lo recibido no entrara dentro de lo esperado, pero por otra parte veo cómo siguen inculcando a los niños dar las gracias en toda ocasión.

He preguntado a la gente "linda" (esta palabra tampoco se usa mucho) de esta tierra, alguna vez me han dicho que lo que experimento no es muy real, pero lo vuelvo a confirmar una y otra vez. Hace unos días agradecí a un profesor por su clase y me miró con seriedad diciendo: Por favor, no tienes nada de qué agradecer, no des las gracias. Es algo que debo hacer.
Es verdad, él está obligado a hacerlo cumpliendo unos mínimos de calidad, pero mi gracias es mío y lo doy cuando quiero y a quien quiero.
He pensado que tengo extrañas creencias sobre este mundo, creo que hay mucho más que los contratos, los intercambios, los deberes, los pagos, que nos relacionamos a un nivel mucho más profundo que lo que se mide y se pesa, porque en el fondo creo que muy pocas cosas son "merecidas".
Me encanta despertar y agradecer una caricia, una sonrisa, un desayuno, el agua, una buena clase, una atención, un servicio aunque sea pagado. Gracias por leerme.

4 comentarios:

Pena Mexicana dijo...

¡Qué bien lo has dicho! a mi también me ha pasado que la gente se me queda viendo como si hubiera dicho algo impropio cuando digo "gracias" en algunos contextos. Incluso me ha parecido que hay quien se incomoda. Yo sigo haciéndolo, para mi se ha convertido incluso en una seña de identidad a la que no quiero renunciar... ¡gracias!

Ico dijo...

¡¡Qué bien lo expresas¡ Pues sí tienes razón, sólo que no estamos acostumbrado a darlas tan fácilmente ni a recibirlas..

TARA dijo...

¡Es cierto! llevas toda la razón, a mi tampoco me cuesta darlas y me gusta... Pero reconozco que también yo he dicho "no tienes porque darlas".
Me gusta eso que dices "mis gracias son mias y las doy cuando quiero".

Claro que si

¡Gracias por tus palabras!

Lena de mar dijo...

yo también soy muy dada a dar las gracias y me encanta!!! y no me sienta bien que la otra persona no acepte mi gratitud. Creo que en nuestra cultura se nos educa para "dar las gracias", pero no para "recibir las gracias con agrado y con sencillez".

De nada.

Abracitos salinos.