miércoles, 28 de julio de 2010

Vida

De camino al sur me he fijado en un tipo de cactus que está como trepando en la secas montañas. No se por qué está así, como aferrado. No se si es así o se ha hecho así buscando agua. Siempre me ha llamado la atención la vida en el desierto, entre las piedras, ahí está, aparece, brota, es incansable, invencible, incontrolable. Extraña es la vida por más que la cuidemos a veces muere y por más que la destruimos a veces gana.
No podemos controlarla, no podemos controlar casi nada, aunque nos hagamos ilusiones y aseguremos nuestras cosas, nuestros viajes, nuestras actividades, no podemos aunque midamos, contemos, certifiquemos y sancionemos.
(La foto es en la isla... pero no del cactus en cuestión)